lunes, 31 de marzo de 2008

...después de todo, le dije, es muy provable que te transforme en acordes, me siente a pensar(te) con Catalina mi guitarra , vos desde allá me preguntes como me fue en el bar y yo te mienta obviando la parte en donde quería que en las mesas estuvieras vos, y la canción va a sonar y yo me voy a querer ahogar en un sostenido, en defensa propia, ojo.


*


la mirada clara de la mañana
el sonido de los ascensores
la vida que me promete cuando me abraza
él hace de cada detalle un lugar...
y se vuelve tan precioso
y cómo brilla cuando sonríe. yo quedo muda mirándolo y preguntándome de donde es que salió toda esa brillantina de sol y luna junta. él no tiene idea de ésto. no sabe que necesitaría unos anteojotes grandes cuando hace eso.porque me achina los ojos, me libera el alma y me hace adorarlo secretamente. porque nunca puedo explicarle cómo se siente.


*


...es que tiene la respuesta exacta a la pregunta que no me animo a hacer, es eso.
todo miedo esconde un deseo, me dice.
y lo abrazo.
fuerte.

sábado, 29 de marzo de 2008

arte(sana)

Conservo algunos aires de la minita de rulos que iba caminando por calle 7 entre diagonales, con cara de superada, y de golpe se sentaba en Plaza Italia con sus libritos de psicología a llorar despues de las prácticas en el hospital psiquiatrico, me acuerdo que miraba a los pacientes y por dentro cantaba alguna canción del flaco para tranquilizarme, después les decía que la música era el mejor rivotril contra el recuerdo... (como si sus paraísos inconclusos anudaran moralejas).

Y Marcos que me hablaba de que a él le convenía estar loco, mirá, mirá todo ésto, me decía, gesticulando hacia el cielo, después, se nos iba la tarde averiguando en que nota musical estaban los latidos del corazón.
Se me llenaban los ojos de lágrimas (tan mal argumentadas como consecuencia del viento del parque) cuando me hablaba de la muñeca que se ahogó en la arena, o peor, cuando llegaba y lo veía totalmente medicado sonriendome entre pedidos silenciosos... mis puteadas hacia Rosa (su enfermera) sonaban con un eco que se moría de ganas de ser escuchado.
Marcos era director de orquesta; Negra, Beethoven seguía moviendo la batuta después de cada obra ya finalizada, quería ir más allá, entendés? más allá de su sordera, de las notas, de los intrumentos, el arte es así, eso salva el mundo, eso nos salva a vos y a mi de toda ésta mierda, son verdes o celestes tus ojos? ah cierto que son climáticos... ojalá que llueva ahora asi voy más allá del celeste... y que sea verde.

Justo ahora que me estaba acordando de Marcos me acabas de llamar para decirme que te vas a vivir a Estados Unidos hasta fin de éste año y no es un simple viaje de dos meses...?. Y yo sonriéndote sin egoísmo con un "te voy a extrañar tanto..." reemplazado en "que bueno, si es tu decisión entonces lo mejor manu... disfrutalo".

Necesito la salida de emergencia sentimental. En forma urgente.

y que sea verde, entonces.

domingo, 23 de marzo de 2008

quizás si yo le pido un recuerdo me devuelva lo perdido.

[ como si nuestras bocas, a veces plurales... pero bocas en fin, protagonizaran el capítulo jamas contado de cine mudo.
eso, eso que vos leés y entendés por que... también respirás como yo, pero dejame, dejame ser verbo y consecuencia a la vez].

La princesa de éste cuento siempre quizo la verdad,
encontró y besó ese sapo (pero el príncipe no está).
Y si había una vez ¿por qué hubo tantas otras?
el final no fué principio, moraleja es tu boca.
Mi zapato tartamudo lagrimeaba en otros dedos
y las doce de aquel tiempo se durmió sin un te quiero.
¿Dónde está aquel que me quizo?
el que sónrió cuando yo estuve...
la verdad, después de todo, con ese principe ví nubes.
Despertamos en silencio, la carroza se hizo estrofa,
nuestras manos transparentes se dijeron tantas cosas...
¿Cómo explico "no es un cuento"? es mi vida en una hoja!
el recuerdo enamorado se marchó en una carroza.


...y entonces, una canción de madrugada/improvizada.
que sería de éste mundo sin los acordes...
tanto cabaret de sonrisa caminando por allá...
gracias a ellos, que nos salvan.